La que llora, los Jerónimos y las ñoras

Aspecto actual del Monasterio de los Jerónimos

Uno de los parajes mas singulares de la Huerta murciana es la pedanía de La Ñora, reconocible por su característica noria, ese invento de los griegos  cuya difusión efectuaron los musulmanes. El nombre de este enclave proviene de la ubicación allí de este ingenio hidráulico, pues la palabra noria quiere decir «la que llora», y de ahí, por su similar sonoridad, se acuña el topónimo que nos es familiar.

La noria de La Ñora

Pero la historia que queremos contar va mas allá. Cuando, a finales del siglo XVI la orden de los Jerónimos decide instalarse en nuestra Región, construye el Monasterio de San Pedro de la Ñora entre esta pedanía y la de Guadalupe, optando por implantar también aquí el cultivo del pimiento, hortaliza que, introducida en nuestro país por Cristobal Colón desde América en 1493,  llevan trabajando con éxito en sus monasterios de la comarca extremeña de la Vera. Pero se trata de una variante redonda a la cual han llegado mediante cruces y, si en Extremadura, por la escasez de rayos solares, es ahumada, en Murcia, donde al astro rey no se echa en falta para nada, es secada al sol para adquirir así un sabor y textura característicos. Al nuevo producto se le denomina ñora por la cercanía con la localidad del mismo nombre y se convierte en una de las señas de identidad de la gastronomía regional.

La ñora, el pimiento secado al sol

La ñora, el pimiento secado al sol

En cuanto a los Jerónimos, son exclaustrados en 1836 a raíz de la desamortización de Mendizabal y el monasterio, conocido popularmente como El Escorial murciano, es cedido desde finales del XIX a la Compañía de Jesus hasta 1970, con un breve paréntesis republicano durante la Guerra Civil española. Durante el último tercio del siglo XX el edificio languidece hasta que es restaurado en el cambio de milenio por la UCAM, institución que ostenta ahora su titularidad y usufructo.

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